Cuenta la leyenda, que una vez, una serpiente empezó a perseguir a una luciérnaga; ésta huía rápido de la feroz depredadora, pero la serpiente no pensaba desistir.Huyó un día y ella no desistía, dos días y nada.
00:13
Al tercer día, la Luciérnaga paró y fingiéndose exhausta, dijo a la serpiente:
00:14
– Espera, me rindo, pero antes de atraparme permíteme hacerte unas preguntas.
00:16
– No acostumbro a responder preguntas de nadie, pero como te pienso devorar, puedes preguntarme.
00:18
– ¿Pertenezco a tu cadena alimenticia?
00:20
– No.
00:22
– ¿Te hice algún mal?
00:24
-No.
00:26
– Entonces, ¿Porque quieres acabar conmigo?
00:28
– Porque no soporto verte brillar.
00:31
La luciérnaga se atrevió a recabar esa información, porque quería entender la situación que a todas luces le parecía sin sentido.
00:36
Una vez enterada de la envidia de la serpiente, se limitó a sonreír y volar más alto y rápido aún, con lo que la serpiente se quedó con ganas de ese bocado tan luminoso que demostró estar fuera de su alcance.
00:41
En un guiño final de su luz, el bichito alado le gritó a la serpiente, muy encima de ella:
00:46
-“Es hora de que aprendas a brillar tú misma de un modo tan hermoso que aún nosotras las luciérnagas, observemos con admiración, tu gran resplandor”